Publicado: 17/09/2020 08:25h. Lecturas: 9802
La especialista en bienestar animal fue una de las disertantes del reciente congreso virtual de Aapresid.
Además de los clásicos temas de manejo, se refirió a cómo se trabaja en la Argentina y Brasil, las estrategias de selección genética y a quienes afirman que el consumo de carne favorece el cambio climático.
La reconocida especialista en bienestar animal Temple Grandin participó del reciente Congreso de Aapresid y dejó algunos conceptos para pensar sobre el bienestar animal, la integración de equipos y la producción sustentable.
“Hoy el bienestar animal es una práctica aceptada y su impacto sobre la ganancia de peso y fertilidad está ampliamente demostrado”, afirmó. Sin embargo, advirtió que “hay temas viejos que aún hay que remarcar como evitar los gritos y entender que el buen manejo exige caminar más”.
Entre los aspectos generales de bienestar animal enumeró algunos puntos, empezando por la renguera, “indicador primordial que poco se mira”. Habló de la salud, la condición corporal, la suciedad y del estrés por calor como cuestiones clave: “el animal debe tener la boca cerrada durante la manipulación; boca abierta es señal de que está sufriendo”.
“Hoy los consumidores exigen que el animal haya tenido una vida que valió la pena, lo que es bueno, pero a veces se limita a cuestiones como el pastoreo a campo, como si esto fuera sinónimo de bienestar animal. Un rodeo que pastorea un lote sin pasto claramente está sufriendo”, disparó la especialista que desarrolló un sistema de puntuación para medir el bienestar animal y que está disponible en su sitio web.
Grandin también opinó sobre el manejo en plantas de faena en Brasil y Argentina. “En general es muy bueno, y creo que lo que más atención requiere son las etapas previas: el uso de picanas, durante la carga, que origina una carne acuosa de menor calidad; los viajes excesivamente largos y sin agua que crean una carne oscura y seca”.
Además, apuntó a la sobrecarga de los camiones, la mezcla de toros de distintos rodeos en un mismo camión y a la falta de cuidado de los conductores, como otras cuestiones a mejorar. “Hay que repensar las formas de pago del servicio transporte que suele hacerse por carga o por tiempo”, aseguró.
Su visión del futuro
Grandin planteó que uno de los desafíos más grandes de bienestar animal a futuro es la necesidad de equilibrio en la selección genética. “Hoy se tiende a una sobre-selección de ciertos caracteres, como velocidad de crecimiento, tamaño de res, etc., y se dejan de lado cuestiones como la orientación de las patas. Tenemos rodeos llenos de animales rengos, con dificultad para caminar o con cardiopatías congénitas que afectan la supervivencia en altura; todos problemas que en el pasado no existían y que atentan contra el bienestar animal”, aseguró.
También opinó sobre las tendencias de consumo y de quienes apuntan contra la ganadería como la gran culpable del calentamiento global. “Muchos creen que por no comer carne contribuyen a mitigar el cambio climático, pero desconocen el rol que la cría de animales en pastoreo tiene en el secuestro de carbono del suelo”, sostuvo.
En ese sentido, afirmó que los suelos de mejor calidad fueron creados a partir del pastoreo de animales. “El buen manejo del pastoreo, el respeto de los tiempos de descanso de la pastura y de los remanentes son las cuestiones en las que tendríamos que estar trabajando”, subrayó.
Para enfrentar estos desafíos “debemos empezar a capacitar gente capaz de formar equipos interdisciplinarios. Si queremos sistemas sustentables tenemos que volver a fusionar la agricultura y la ganadería. Muchos pequeños productores ya lo hacen; es hora de que se sumen los grandes. Debemos alentar a los jóvenes para que hagan la diferencia”, concluyó.